Misión, visión y valores

El Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos pertenece a la Provincia San Juan de Dios de España de la Orden Hospitalaria, una Institución sin ánimo de lucro perteneciente a la Iglesia Católica y dedicada a la atención sanitaria, sociosanitaria, social​, docente e investigadora a través de diversos dispositivos, entre los que se incluyen hospitales, centros de salud mental, centros para personas con discapacidad, para personas mayores y para personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social.

La Orden Hospitalaria sostiene un modelo de atención integral centrado en la persona asistida y su entorno social y familiar, adaptado a los retos de la sociedad actual, con los objetivos de promocionar y mejorar la salud de las personas y su calidad de vida sin distinción por cuestión de género, creencias u origen,  y crear una sociedad más justa y solidaria.  

En España, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios cuenta con una red de 80 centros sanitarios, sociales, sociosanitarios, docentes y de investigación que atienden a casi un millón y medio de personas anualmente. Está integrada por 180 Hermanos, 15.000 profesionales, casi 3.500 voluntarios y numerosos donantes y bienhechores.  

En el mundo, la Orden Hospitalaria está presente en 52 países con más de 400 centros y fundaciones sociales, sanitarios, docente y de investigación en el mundo, realizando más de 35.000.000 millones de atenciones al año. Esta labor es posible gracias a la implicación de 1.012 Hermanos, 65.000 profesionales y 23.500 voluntarios/as. 

Más información: www.sjd.es 

 
La tradición de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios avala como puntos fuertes la Misión, Visión y Valores de la Institución, registrados en diversos documentos que desde el principio acompañan a la Orden en su Historia. Estos principios, reflejados en la cultura institucional, han motivado, favorecido e impulsado el interés por acreditar un sistema basado en las mejores prácticas y el usuario como eje del sistema asistencial comunitaria, fomentando la participación de nuestros colaboradores y manteniendo el estilo  de San Juan de Dios.

PROPÓSITO, MISIÓN, VISIÓN Y VALORES

El propósito de la organización es prestar una asistencia integral y humanizadora, basada en la hospitalidad a los enfermos y necesitados en el ámbito de la Salud Mental, Psicogeriatría y personas con Discapacidad Intelectual.

Misión: Evangelizar el mundo del dolor y del sufrimiento a través de la prestación de una asistencia integral a los enfermos y necesitados, con preferencia a los más débiles y marginados, en Salud Mental, Psicogeriatría y personas con Discapacidad Intelectual.

Visión: Ser Centro de referencia en Salud Mental, Psicogeriatría y atención a personas con Discapacidad Intelectual en la Comunidad de Madrid, consolidando la plena integración en la red asistencial comunitaria, caracterizado por la excelencia en el tratamiento, la innovación, la investigación y la docencia, según el modelo de San Juan de Dios.

Valores: Los Valores constituyen el elemento vertebrador de la Cultura de la Orden Hospitalaria y marcan una dirección común para todos los profesionales que colaboran en los Centros de la Orden. Estos Valores son de contenido universal.

La HOSPITALIDAD es el valor transversal que informa todos los demás valores y que ejercemos con la colaboración de muchas personas para conseguir un mundo más humano. Las exigencias de la hospitalidad los encontramos en las constituciones: «La hospitalidad que hemos profesado nos compromete a velar para que se respeten siempre los derechos de la persona a nacer, vivir decorosamente, ser curada en la enfermedad y morir con dignidad. Nos esforzamos para que, en todo momento, aparezca con claridad que la persona enferma o necesitada es el centro de interés en nuestro apostolado hospitalario. Vivimos de tal modo identificados con nuestra misión, que nuestros colaboradores se sienten movidos a hacer lo mismo.» 

La Hospitalidad es un don que impulsa a asistir a las personas que sufren por cualquier causa, con actitudes y con la práctica peculiares de los Hermanos de San Juan de Dios: servicio humilde (que no está contrapuesto a la máxima cualificación profesional), con paciencia y responsabilidad; con respeto y fidelidad a las personas a las que prestan su servicio; con comprensión, con benevolencia, con abnegación; participando en las angustias y en las esperanzas de la persona que se encuentra en la fase del final de la vida.

La Hospitalidad es el valor central, que se expresa y se concreta en cuatro posibles valores guía; pueden ser muchos más, pero nos centramos en estos cuatro: calidad, respeto, responsabilidad y espiritualidad.

Hablar de CALIDAD, como valor, es hablar de excelencia, profesionalidad, atención holística, conciencia de las nuevas necesidades, modelo de unión con nuestros Colaboradores, modelo de atención juandediana, arquitectura y decorado acogedores, colaboración con terceros.

Hablar de RESPETO, como valor, es hablar de respeto por el prójimo, humanización, dimensión humana, responsabilidad recíproca para con los Colaboradores y Hermanos, comprensión, visión holística, promoción de la justicia social, derechos civiles y humanos, implicación de los familiares

Hablar de RESPONSABILIDAD, como valor, es hablar de fidelidad a los ideales de San Juan de Dios y de la Orden, ética (bioética, ética social, ética de gestión) protección del medio ambiente, responsabilidad social (para los europeos: la Unión Europea), sostenibilidad, justicia, justa distribución de los recursos.


 
Hablar de ESPIRITUALIDAD, como valor, es hablar de pastoral de la salud, evangelización, ofrecer atención espiritual a los miembros de otras religiones, ecumenismo, colaboración con parroquias, diócesis, otras confesiones religiosas. Se podría concretar que el valor de la espiritualidad es para guiar a cada persona de hoy en su búsqueda de significado, de religión y de lo trascendental.

Desde estos valores de hospitalidad, calidad, respeto, responsabilidad y espiritualidad, lo que pretendemos es ser testigos, en medio del sufrimiento del enfermo en la tarea de aliviarle, lo cual implica temor y valentía, ya que tenemos presente que nunca se sale indemne cuando uno se adentra en el corazón del sufrimiento.Por ello se necesitan valores que sustenten nuestro quehacer diario para con el enfermo, para que en medio de tanta dureza seamos siempre un abrazo entrañable de calidez y con calidad.